Organización popular: otra política posible

Pensar la política desde lo original implica mirar desde otro lugar de enunciación. Si el Estado, como lógica de organización política moderna amoldado a los intereses del liberalismo capitalista, determina la forma desde la cual se naturaliza la constitución del poder y el mandato sobre la cosa pública; la mirada desde el contingente político subalterno -que puede ser visto como esa parte sin parte dentro de la toma de decisiones dentro de la sociedad- ofrece una perspectiva novedosa para incorporar nuevas opciones y agendas sobre la administración de lo común. El ejercicio de organización política de los mecanismos subalternos implica una práctica compleja de articulación mirando al poder constituido, comprendiendo su importancia, pero también en tensión antagónica con sus intereses y fórmulas de organización para el ejercicio de la política.

El pueblo y la política: la voz de la subalternidad

Participar de la política implica colocar los intereses de un colectivo dentro del litigio de la cosa pública. En el caso de los actores subalternos, hay dos mecanismos desde los cuales se consigue esta operación: por la sesión de espacios en la lógica misma de la constitución de la comunidad política; o por la beligerancia revolucionaria, la violencia que irrumpe ante la resistencia del poder. La historia nos enseña momentos en los cuales existe esta irrupción -por cualquiera de las dos vías enunciadas-, y es desde estas experiencias, a través del estudio y análisis reflexivo de ellos, que se pueden establecer nuevos caminos para la sistematización y construcción de políticas concisas para la acción.

América Latina y el Caribe entre lo popular y el populismo

Este es uno de los continentes en los cuales lo popular ha tenido un desarrollo interesante por la irrupción de agendas populares a los niveles de gobierno en casi todos los estados de la región. La respuesta del sistema liberal capitalista ha sido la categorización peyorativa de este tipo de gobiernos como populismo, incorporando una degradación en el argumento desde el cual opera la política en este tipo de gobiernos. Esto abre un debate dicotómico sobre la posibilidad de establecer gobiernos con agendas populares dentro de un sistema que no los reconoce ontológicamente. Esta tensión opera en lo filosófico y en lo contingente. La comprensión de este antagonismo presente en el debate cotidiano es un nicho fértil para el estudio.

El pueblo como voz participante en la cosa pública venezolana

La historia de la subalternidad popular en el país tiene diversas fórmulas de hacerse presente. Este punto guarda estrecha relación con el 3.3, del eje precedente. Pero su lógica de articulación puede desarrollarse en este eje con el acento puesto en tanto relación de acción política de la subalternidad.

Articulación popular: movimientos sociales por una postura común

Existen foros promovidos por los movimientos sociales organizados que pretenden desarrollar una agenda común para la subalternidad. Uno de los más relevantes es el Foro de Sao Paulo. Fundado por el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil en 1990, en pleno fragor del avance neoliberal promovido desde los Estados Unidos, se convirtió en una referencia para los movimientos de resistencia contra el sistema hegemónico global. El desarrollo de otros espacios en diversas latitudes del mundo abre rutas para la articulación de una agenda común que permita consolidar los intereses y una lógica desde los pueblos para la construcción de un nuevo sistema de relacionamiento entre los estados. Es fundamental el estudio sistemático de las experiencias y las voces contenidas en estos espacios para la consolidación de una propuesta definitiva que permita alternativas a la visión liberal/capitalista.

Atomización de la lucha: la postmodernidad como práctica de fragmentación de la clase subalterna

La participación de la diversidad de intereses surgidos de lo común, más allá de lograr la visualización de los diversos problemas existentes en la sociedad, ha generado un archipiélago de demandas y de visiones sobre la construcción de la unidad programática que diluye la posibilidad de consolidación de una agenda común popular. El ataque quirúrgico del sistema dominante sobre los grupos raciales, colectivos de identidad, cualidad etaria, etc., dispersa el propósito de lucha real: la consolidación de los intereses populares subalternos para hacerse parte con parte dentro de la cosa pública. El origen ontológico, proveniente de la consolidación de la postmodernidad como fundamento filosófico del tiempo histórico, así como la acción continuada de desarticulación del movimiento popular en agendas particulares, es un debate que debe organizarse desde el análisis y la comprensión de la realidad concreta.